Cómic desempolva la independencia de Argelia a través del fútbol
La aplaudida novela gráfica se titula 'Una camiseta para Argelia'.
Un cómic que firman los guionistas franceses Bertrand Galic y Kris, junto al dibujante español Javi Rey, ha desempolvado la insólita hazaña de un puñado de futbolistas que renunciaron a una cómoda vida en la élite del fútbol francés y pusieron sus goles al servicio de la libertad de su Argelia natal.
"El tema central de la historia es sobre unos hombres que montan un equipo para defender la causa independentista de su país", explica a Efe Rey, cuyos lápices han dado forma a las 118 páginas de "Un maillot pour l'Algérie" (Una camiseta para Argelia), que en Francia publica Dupuis, en su colección Aire Libre.
El álbum, muy bien recibido por la crítica y el público francés, arroja al lector a los años cincuenta del siglo XX, en medio de las tensiones coloniales de la incipiente Argelia, que había sido una parte integral de Francia durante 110 años, con un estatuto distinto al de Túnez o Marruecos.
En aquel entonces, un grupo de hombres abandonó clandestinamente sus equipos en la primera división francesa para engrosar las filas de la selección no oficial que intentaba montar el Frente de Liberación Nacional (FLN) argelino como herramienta de propaganda durante la guerra de independencia.
"Algunos estaban empezando su carrera, con un futuro prometedor, y otros estaban en la élite, como (Mustapha) Zitouni, un defensa del Mónaco que iba a jugar el Mundial de Suecia (1958) con Francia y que estaba a punto de fichar por el Real Madrid", resume Rey.
Para comprender la decisión de ese grupo de futbolistas, de la treintena de argelinos que en los años cincuenta militaban en clubes franceses, hay que regresar al 8 de mayo de 1945, en un contexto de crecientes aspiraciones independentistas de las antiguas colonias europeas mientras la Segunda Guerra Mundial tocaba a su fin.
Ese día, donde arranca el cómic, marcó el inicio de las llamadas masacres de Sétif, Guelma y Kherrata, una sangrienta represión por parte de las autoridades francesas contra manifestantes argelinos que reivindicaban su independencia y que dejó entre 6.000 y 10.000 muertos.
Esa fecha también supuso el punto de no retorno hacia una independencia que solo llegaría tras una guerra (1954-1962) que se cobró 500.000 muertos (unos 400.000 musulmanes argelinos, 4.000 europeos establecidos en Argelia, 30.000 militares franceses y 30.000 musulmanes enrolados en el ejército francés). Y en paralelo, la selección de fútbol también libró su batalla deportiva.
"Un maillot pour l'Algérie" aborda un tema sensible en Francia, la guerra de Argelia, desde una perspectiva histórica casi desconocida, a pesar de lo llamativo del periplo futbolero.
"Las autoridades no tenían demasiado interés en que se conociera la historia. Estuvo una o dos semanas en la prensa deportiva y luego fue enterrada. El hecho de que no la conozcamos significa que tiene interés", razona Galliac.
El guionista dio con su relato al encontrar una extraña instantánea de Rachid Mekhloufi que le sorprendió porque solo le conocía como jugador del Saint Etienne y de la selección francesa.
Mekhloufi fue uno de esos hombres que lo dejaron todo y, a dos meses para el Mundial de Suecia, partieron hacia Túnez vía Italia para presentar al mundo la que sería la selección de la Argelia independiente.
Su andadura arrancó el 9 de mayo de 1958 en el Estadio Chedly-Zouiten de Túnez, donde la disidente selección de Argelia, que no reconocía la FIFA, derrotó a Marruecos por 2-1 y desató la locura entre los argelinos y sus vecinos árabes.
Después llegaría una victoria sobre Túnez (6-1) y una ristra de 80 partidos que llevó a aquellos "Globe Trotters" del fútbol a medirse contra clubes y selecciones de países como Jordania, Irak, Bulgaria, Rumanía, Yugoslavia, la URSS o China.
"Es un historia real, pero fusionando documental y cómic", explica Rey, español nacido en Bruselas en 1982, sobre un álbum que ha despertado el interés de Norma Editorial para su futura publicación en España.
Para fabricar sus viñetas con línea clara y un realismo que se deja llevar por la expresividad emocional de la historia, Rey tuvo que empaparse de la "estética del fútbol de los años cincuenta".
"No busco una rigurosidad absoluta, sino que se respire un poco la época" y una "conexión a nivel personal con los personajes", agrega un artista que admira a autores como Rubén Pellejero ("Un poco de humo azul"), André Juilliard ("Diario Azul") y dibujantes como Matthieu Bonhomme ("Messire Guillaume") o Moebius ("El Incal").
Y en ese proceso de reconstrucción histórico-deportiva, Javi Rey ha disfrutado dibujado a "jugadores de fútbol fumando o sin esos peinados que llevan ahora", bromea un artista que descubrió el cómic tardíamente.
"Antes de querer ser dibujante quería ser futbolista, como todos los niños", confiesa.
EFE